Dicen que las vacaciones son un buen momento para conocerse un poquito más a fondo lejos de nuestra rutina habitual. Nosotros hemos aprovechado estos días para hacer muchas cosas que teníamos pendientes, tantas que el tiempo ha volado, y casi sin darnos cuenta, ya estamos aqui de vuelta.
¡Feliz vuelta de vacaciones para todos!
Sabemos también que nuestra cara es el espejo del alma, pero para poder reconocerla necesitamos desarrollar correctamente nuestra intuición, pero esto es algo que erróneamente no nos enseñan.
Es por estos motivos que siempre estamos en constante búsqueda de pequeños signos y detalles que nos aporten nueva información sobre nosotros mismos. Interpretar las imágenes de lo que vemos es esencial en nuestro desarrollo desde que somos unos niños, y una vez que nos convertimos en adultos, nos resulta imprescindible en nuestro contacto cotidiano con el mundo.
Es también muy importante para nosotros la imagen que proyectamos, no solo desde un punto de vista estético, sino a un nivel más profundo, como una manifestación de nuestro yo más intimo.
El cómo nos ven, como nos vemos y cómo somos realmente es una creación constante en la que tomamos parte desde que nacemos. Cuanto más se alejen entre si estos tres aspectos, más difícil nos resultará conocernos y aceptarnos como somos en realidad; resultando también más complicado que nos acepten las personas que nos rodean.
Partiendo de este reconocimiento personal, en A horta de Artes os proponemos una actividad muy interesante tanto para niños como para mayores. Por un lado observamos y nos reconocemos a través de lo que ven nuestros ojos en un espejo y por otro descubrimos y experimentamos como son las proporciones generales, tamaño, forma y posición de nuestro rostro.
Es importante si la actividad la van a realizar los niños que los guiéis mostrando sobre el espejo la posición de las partes mas destacadas como ojos, nariz, boca, orejas, y a partir de ahí que ellos mismos se descubran y se reinterpreten libremente.
Una actividad muy sencilla que os aseguramos os va a sorprender, y para la que tan solo necesitáis un espejo, ceras, rotuladores de cristal o maquillajes, y muchas ganas de aprender y reconocerse a uno mismo.
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