A horta

¿Por qué una huerta familiar ecológica?

Una huerta familiar ecológica es un modo de vida elegido por múltiples e importantes razones.

El cultivo ecológico necesita menor cantidad de agua y tiene una mayor calidad nutritiva, al tiempo que es respetuoso con el medio ambiente, evitando la contaminación y degradación del ecosistema, y respetando los ciclos naturales de la naturaleza. Favorece la biodiversidad y el equilibrio ecológico de la tierra gracias a las rotaciones, abonos verdes y ganadería extensiva.
Potencia la fertilidad natural de los suelos y la capacidad productiva agraria, al reciclar los nutrientes e incorporarlos de nuevo al suelo como compost o abono orgánico siguiendo la máxima de que lo que de la tierra sale a la tierra vuelve.

Una huerta familiar ecológica no incorpora a los alimentos que cultiva sustancias perjudiciales para la salud, potencia principalmente las variedades autóctonas y mejor adaptadas de la zona y a los animales se les aporta unas condiciones de vida adecuadas a su naturaleza.

La huerta familiar provee a la familia de recursos materiales, refresca y embellece la vivienda a la vez que creamos un lugar de esparcimiento y educación familiar.
Los productos obtenidos son para consumo doméstico, lo que mejora de manera importante la dieta familiar, y en épocas de abundante producción al comercializar la cosecha localmente ayuda en la base de la economía familiar.

Una huerta familiar es lo más milenario, sofisticado y a la vez futurista que hoy en día podemos encontrar en la naturaleza. Es el legado de las antiguas civilizaciones y a la vez el de las presentes.


Nuestras razones para trabajar, disfrutar y legar una huerta familiar ecológica:

1. Alimentos sin fertilizantes ni pesticidas.
Al sembrar y plantar nosotros mismos nuestros propios alimentos tenemos la seguridad de que las   semillas son ecológicas y no hay transgénicos, y que estos crecen sin productos químicos añadidos y siempre regados con agua limpia.

2. Alimentos frescos.
Los alimentos de la huerta tienen el sabor y el olor de las frutas y verduras recién cogidas, frente a los alimentos transportados e importados que pueden pasar hasta 4 meses desde su recolección hasta su consumo. Además al ser productos 100% locales, ayudamos al medio ambiente reduciendo a cero el gasto energético que produce su transporte.

3. Satisfacción por el trabajo propio y reducción de estres.
En un mundo donde prima la rapidez y lo instantáneo, el observar el proceso de crecimiento desde la semilla hasta el fruto, ayuda a cultivar la paciencia y rebajar en nivel de ansiedad que provoca en nosotros la rutina diaria.

4. Herramienta educacional.
Con niños pequeños en nuestra familia, la huerta se ha convertido en una herramienta muy útil por varios caminos. Por un lado los niños colaboran con el trabajo y se sienten útiles, a la vez que pasan más tiempo al aire libre y menos en interior. Los niños aprenden cual es el verdadero origen de la comida, y el estudio de su crecimiento los hace más receptivos a la hora de comer más frutas y verduras.

5. Ayuda en la crisis ecónomica actual
Con solo nuestro propio esfuerzo y trabajo, podemos obtener de la tierra, frutas y verduras para cubrir las cantidades de alimentos que consumimos y con ello aseguramos que nuestro alimento actual será el alimento fututo de nuestros hijos.

A horta de Artes, es una huerta familiar que actualmente comienza a ser trabajada por la segunda generación y que esperamos en un futuro poder dejar en la mismas condiciones que la recibimos a las siguientes generaciones.