Se data su aparición alrededor del siglo V d.C, siendo un juego que se extendió muy rápidamente en las clases bajas, gracias a su reducido coste y su sencillo aprendizaje.
El tres en raya, es un juego para dos personas, que arranca decidiendo quien de los dos empieza y que tiene como objetivo tener en línea tres de los símbolos, en vertical, horizontal o diagonal. Los símbolos se van colocando de uno en uno por turnos y en el caso se hacer trampas el ganador es automáticamente el otro.
El juego perfecto siempre termina en empate, empiece quien empiece, pero se puede ganar en un descuido del contrincante y es donde reside toda la gracia de este juego.
La simplicidad de este juego lo hace una ayuda importante como herramienta pedagógica, para enseñar a los niños la teoría del juego y la inteligencia artificial.
El resultado es un tres en raya reutilizable que podemos usar en cualquier momento y en cualquier lugar sin necesidad de tener los elementos del juego a mano. Nos bastará con recoger dos frutos distintos (o en su defecto piedras de diferente color) y unos palitos, ramitas o lo que tengamos más a mano... y listos para pasar un rato divertido y entretenido en naturaleza.
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