Procuramos que el limón sea recién cogido y la miel de mil flores de primera calidad para que sus efectos y propiedades sean realmente eficaces.
· 1 limón (da horta)
· 1 cucharada sopera de miel de mil flores
· 250 ml de agua
Elaboración
1. Calentamos de la manera que prefiramos, el agua hasta que comience a hervir y retiramos.
2. Exprimimos (*) el zumo de un limón en el agua, añadimos la cucharada de miel y revolvemos.
3. Tomamos el zumo resultante lo más caliente que nos sea posible, en pequeños sorbos.
(*) Aunque podemos pensar que sacar el zumo de un limón es algo sencillo, no todo el mundo sabe hacerlo de manera que aproveche todo su jugo y sin utilizar ningún tipo de exprimidor.
La mayor parte de las veces se corta el limón por la mitad en horizontal, y se exprime siendo esto un error, pues se consigue muy poco zumo y se desaprovecha notablemente el limón.
Una de las formas que a nosotros mejor nos resulta y con la que conseguimos mucho más zumo es poner el limón en vertical y quitar su parte superior e inferior llegando ligeramente al interior del limón. Con estas dos partes sacadas, cortamos el limón por la mitad verticalmente, y luego cada mitad a la mitad en el mismo sentido, obteniendo con ello 4 trozos. De esta manera rompemos la estructura interna del cítrico y liberamos las pequeñas vesículas que le protegen, lo que nos hace mucho más fácil apretar, exprimir y sacar una mayor cantidad de zumo.
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