ACELGAS

Enero 2013

La acelga es una planta originaria del Mediterráneo cuyas hojas (acelgas) y sus tallos subterráneos (remolacha) se han consumido desde la prehistoria, siendo muy probable que fuera anterior el consumo de las hojas que el de la remolacha. 

Las acelga
s ya eran conocidas y nombradas en los famosos jardines colgantes de Babilonia, siendo muy común su consumo tanto en la antigua Grecia como en el mundo árabe del cual proviene el nombre tal y como hoy lo usamos.

La acelga es una planta 100% aprovechable, ya que son comestibles sus hojas, sus tallos exteriores, y sus tallos subterráneos o remolachas, aunque para cada una de las partes se han desarrollado distintas variedades especializadas según lo que vayamos a consumir.

Una de las mayores ventajas que nos aporta esta verdura es su alto contenido en fibra y agua, junto con su ausencia de grasas y su escaso valor calórico, lo que la convierten en diurética e ideal en regímenes de adelgazamiento. Es a su vez rica en potasio, siendo ideal para eliminar toxinas gracias a su efecto sobre la función renal a la vez que posee beneficios sobre el sistema nervioso y cardiovascular. Podemos decir que cuanto más verdes sean las hojas de la acelga más cantidad de vitaminas poseen, siendo después de las espinacas las más ricas en calcio y magnesio. 

"De cólico de acelgas, nunca murió una reina"

"Acelgas benditas, de día tronchos y a la noche hojitas"

Gracias a que la acelga es una planta muy resistente a las temperaturas extremas, tanto al frío como al calor, hace que las cosechas sean abundantes en verano, pero también que ahora en invierno todavía podamos recoger algunas en nuestra huerta.

En general la acelga es una verdura de muy escasa utilización y ya puestos, un poco despreciada y poco reconocida aun siendo muy versátil a la hora de cocinar de muchas y diferentes maneras: gratinadas, con bechamel, salteadas, las pencas rebozadas, como parte de sopa o puré y en guisos de legumbres, patatas o arroz.

Con las acelgas a la hora de prepararlas debemos distinguir principalmente dos partes; por un lado las hojas y por el otro lado los tallos o pencas. Si vamos a cocerlas, es preferible siempre separarlos pues cada una de las partes requiere un tiempo muy diferente.

Para preparar las acelgas debemos cortar el final de la penca y antes de finalizar el corte tirar suavemente para salgan las hebras. Se hace lo mismo por el otro lado de la penca y luego estas se parten en trozos del tamaño que más nos guste. Las hojas también se separan y se trocean.
Cuando las acelgas son muy pequeñas y tiernas, no es necesario hacer esto, se pueden trocear directamente y comer todo junto, siendo así ideales para preparar en ensaladas en crudo.

Ya hemos dicho antes que esta verdura es una gran aliada contra la hipertensión y la retención de líquidos gracias a su alto poder diurético, pero también debemos tener en cuenta que posee una gran cantidad de oxalatos lo que no la hace muy recomendable para aquellas personas que padezcan de cálculos biliares. 

Para todos los demás... podéis disfrutar de esta verdura como más os guste porque está... ¡muy, pero que muy rica!

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