La motricidad fina comprende todas aquellas habilidades que involucran a los músculos cortos y que requieren la coordinación ojo-mano. Estas destrezas tan concretas se van incorporando poco a poco en nuestras habilidades naturales a medida que crecemos pero mejoran mucho con estimulación y buena práctica. Todos los ejercicios que realicemos para ello deben ser secuenciales en complejidad, para no frustrar en ningún momento a los pequeños y que estos puedan ir adquiriendo el dominio de los músculos de los dedos y las manos a su propio ritmo. Es fundamental tener siempre en cuenta que todas las actividades que realicemos deben adaptarse según la edad de los niños y las capacidades que estos tengan.
Para desarrollar la motricidad fina de nuestros pequeños podemos valernos de muchas y diferentes actividades tales como pregrafismos, punzado, bolitas de papel, mandálas, modelar masa, origami, enhebrar, recortar... y los laberintos.
De entre todas estas actividades hay una en concreto que en A horta de Artes nos gusta mucho y son los laberintos. En invierno realizamos el primero en pleno bosque con las hojas secas de los árboles, y ahora volvemos a repetir experiencia con uno portátil que podemos llevar con nostros y desarrollar nuestra habilidades en cualquier momento.
Así lo hemos hecho:
1. - Conseguimos la tapa de una caja de cartón cuadrada o rectangular que servirá como base de nuestro laberinto.
2. - Sobre un papel bocetamos el recorrido que le vamos a dar a nuestro laberinto y calculamos las distancias y espacios por los que deberá pasar nuestra bolita.
3. - Con materiales reciclados que tengamos por casa o podamos encontrar con facilidad realizamos los caminos y pasadizos de nuestro laberinto. Debemos pegar las piezas con cola o pegamento para que aguanten bien el paso de la bola.
4. - Añadimos todos los detalles que se nos ocurran para hacer más atractivo el recorrido de nuestro laberintos y... listo para jugar.
Para esta ocasión, hemos realizado un laberinto rectangular con entrada y salida por el mismo lugar, pero podéis hacer tantos recorridos como se os ocurra e incluso que empiece en un sitio y termine en otro distinto. Dejar volar vuestra creatividad y crear vuestros propios recorridos para pasar unos momentos más que divertidos mientras vuestros peques desarrollan su motricidad fina.
Materiales necesarios: tapa de caja de cartón para hacer la base, cuñas de madera, palitos de helado, tubos de cartón, cartulina, papel adhesivo, pegamento, goma eva... |
Comenzamos forrando la base y los lados de la caja con papel adhesivo verde. |
Después de bocetar y tener claro el recorrido de nuestro laberinto, vamos colocando las piezas necesarias una a una, asegurándolas con pegamento. |
Para pasar de una zona a otra hemos añadido un túnel y en la parte central un trozo de papel azul arrugado para hacer un río por el que pasará nuestra bolita. |
Con precisión añadimos por los bordes del río pequeñas piedras para darle más realismo. |
Después de añadir unas mariposas, flores y tortuga, así ha quedado terminado nuestro laberinto. |
Listo para jugar y pasar ratos muy entretenidos. Recorrido contrarreloj, con una o más bolas, en un sentido o en otro... de todas las maneras que se nos ocurra y más. |
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