Los guisantes pertenecen a la familia de las leguminosas y son semillas maduras que crecen dentro de vainas verdes brillantes que las protegen de las erosiones del exterior.
Estas semillas se pueden consumir crudas directamente de la planta, cocidas o secas. En cualquiera de sus variantes están realmente ricas.
El origen de esta planta se encuentra en el Oriente Medio, aunque hoy en día ya está completamente extendida por todo el mundo. Podemos decir que es una legumbre altamente reconocida y valorada, tanto en el consumo humano como para la fabricación de piensos animales.
Su principal y primer consumo fue seco, como los garbanzos o las lentejas, pero a partir del siglo XVII se comenzó a consumir fresco en multitud de recetas, aunque debemos tener en cuenta que sus propiedades alimenticias son muy distintas si se consumen de una manera o de otra.
Los guisantes secos tienen un alto valor energético por su contenido en hidratos de carbono y proteínas vegetales, frente a los guisantes frescos que poseen gran cantidad de agua y vitamina C pero muchas menos proteínas.
Durante los meses de verano o finales de primavera podemos aprovechar para consumir esta legumbre fresca, y el resto del año la consumiremos seca, congelada o en conserva.
Si vamos a comer guisantes frescos debemos asegurarnos que la vaina está verde brillante y firme, y desgranarlos antes de cocinarlos o degustarlos crudos en ensalada. Los secos por el contrario podemos conservarlos durante bastante tiempo en un lugar seco y oscuro, protegido de la luz y ponerlos a remojo siempre, antes de cocinarlos.
De cualquiera de las maneras, el guisante con un hervor tiene suficiente por lo que a la hora de cocinarlos debemos añadirlos siempre al final de toda cocción.
Para sembrar guisantes existen diferentes métodos. El más utilizado es mediante surcos situados a una distancia de 45 a 100 cm dependiendo de la altura que alcancen las plantas. En variedades enanas la distancia será mínima y en trepadoras mucho mayor. Los surcos debe tener unos 5 cm de profundidad plantando las semillas con una distancia de 12 cm entre ellas. Una vez plantadas cubrimos con tierra ligeramente y pisamos un poco para evitar que los pájaros se lleven las semillas. Los guisantes se pueden cultivar con y sin tutor, el cual se debe colocar cuando la planta ha alcanzado unos 7 a 10 cm de alto.
Estas semillas se pueden consumir crudas directamente de la planta, cocidas o secas. En cualquiera de sus variantes están realmente ricas.
El origen de esta planta se encuentra en el Oriente Medio, aunque hoy en día ya está completamente extendida por todo el mundo. Podemos decir que es una legumbre altamente reconocida y valorada, tanto en el consumo humano como para la fabricación de piensos animales.
Su principal y primer consumo fue seco, como los garbanzos o las lentejas, pero a partir del siglo XVII se comenzó a consumir fresco en multitud de recetas, aunque debemos tener en cuenta que sus propiedades alimenticias son muy distintas si se consumen de una manera o de otra.
Los guisantes secos tienen un alto valor energético por su contenido en hidratos de carbono y proteínas vegetales, frente a los guisantes frescos que poseen gran cantidad de agua y vitamina C pero muchas menos proteínas.
Durante los meses de verano o finales de primavera podemos aprovechar para consumir esta legumbre fresca, y el resto del año la consumiremos seca, congelada o en conserva.
Si vamos a comer guisantes frescos debemos asegurarnos que la vaina está verde brillante y firme, y desgranarlos antes de cocinarlos o degustarlos crudos en ensalada. Los secos por el contrario podemos conservarlos durante bastante tiempo en un lugar seco y oscuro, protegido de la luz y ponerlos a remojo siempre, antes de cocinarlos.
De cualquiera de las maneras, el guisante con un hervor tiene suficiente por lo que a la hora de cocinarlos debemos añadirlos siempre al final de toda cocción.
Para sembrar guisantes existen diferentes métodos. El más utilizado es mediante surcos situados a una distancia de 45 a 100 cm dependiendo de la altura que alcancen las plantas. En variedades enanas la distancia será mínima y en trepadoras mucho mayor. Los surcos debe tener unos 5 cm de profundidad plantando las semillas con una distancia de 12 cm entre ellas. Una vez plantadas cubrimos con tierra ligeramente y pisamos un poco para evitar que los pájaros se lleven las semillas. Los guisantes se pueden cultivar con y sin tutor, el cual se debe colocar cuando la planta ha alcanzado unos 7 a 10 cm de alto.
Preparamos los surcos a unos 45 cm de distancia, añadimos en cada uno un par de semillas cada 10/12 cms y cubrimos con tierra ligeramente. |
Guisantes sembrados en abril, pasado un mes. |
Guisantes con mes y medio. |
A los dos meses ya están así de crecidas las plantas del guisante. |
A los 3 meses ya están llenas de flor todas las plantas. |
Flor blanca del guisante. |
A principios del mes de julio, las flores dan paso a las vainas que contienen los guisantes. |
Vainas que cuando están maduras podemos comenzar a recoger. |
Dresgranando una vaina madura. |
Guisantes frescos recién desgranados listos para comer. |
Este año hemos recogido todos los guisantes a mediados de julio, en cuanto las vainas han madurado del todo. Ahora estos días tocan las primeras recetas con nuestros guisantes bien frescos y el resto los congelaremos para poder seguir disfrutando de ellos todo el año, hasta la próxima cosecha.
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