Existe un método muy sencillo que multiplica por 3 la duración de las castañas, para poder consumirlas frescas durante varios meses.
Este método (muy antiguo) es muy utilizado por la gente en el campo, solo o acompañado del enterramiento de las castañas en arena quemada y recibe en nombre de Hidroterapia.
Hay que sumergir las castañas en agua fría (que las cubra bien) durante unos 3 días. Las castañas que tengan bicho o estén secas, flotarán en el agua y podemos retirarlas. Durante los días que están sumergidas debemos cambiar el agua por una nueva cada día. Si observamos pequeñas burbujas sobre las castañas en la superficie del agua, podemos retirarlas antes, porque eso nos indica que ya se ha completado el proceso. Cuando las retiremos del agua, las secamos con un paño y las colocamos sobre papel secante o periódico, en un lugar fresco y ventilado durante unos días.
Este método tradicional reduce el metabolismo de las castañas, provocando su estado de inactividad. Al estar sin aire, se desarrollan microorganismos que provocan la fermentación láctica y la reducción de los azucares, eliminando el sustrato del que se alimentan los mohos y bloqueando el desarrollo de las larvas que pueda tener dentro la castaña.
Es un método casi 100% efectivo, pero provoca un ligero cambio de sabor y olor en las castañas. Gracias a este método podemos guardar las castañas en un cajón o en un lugar seco y consumirlas frescas durante todo el invierno.
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