Pero hay que decir que cuando el pollo es de calidad, las albóndigas saltan por arte de magia de puesto, destacando por su jugosidad, ternura y sobre todo sabor.
Son ideales para preparar con diferentes salsas y comer solas o bien de acompañamiento.
· 500 gr. de pollo sin hueso. (da horta)
· 1 huevo. (da horta)
· Aceite de oliva virgen para freír.
· Pan rallado.
· Pan del día anterior o de molde (2 rebanadas).
· 1/2 vaso de leche.
· Sal.
· 1 cebolla pequeña (da horta)
· 100 gr. de queso azul.
Elaboración
1. En un cuenco pequeño ponemos a remojo el pan con la leche. Reservamos.
2. En un cuenco grande mezclamos el pollo picado, con la cebolla picada muy fina, el queso desmenuzado, la sal, el huevo batido y el pan mojado en leche.
3. Mezclamos todos los ingredientes hasta que estén bien integrados y con las manos vamos dando forma de pequeñas bolas a las albóndigas.
4. Rebozamos cada una de las bolas en pan rallado y dejamos reposar durante unos 30 minutos.
5. Freímos las albóndigas en aceite de oliva, y cuando estén doradas las retiramos y las ponemos en una olla junto con la salsa de tomate. Las dejamos cocer durante unos 15 minutos en la salsa para que se impregnen bien, queden jugosas y la salsa espesita.
* Salsa de tomate da horta.
Lavamos los tomates, y sin pelar troceamos en pedazos pequeños.
Picamos una cebolla mediana en trozos finos y ponemos a pochar en una buena sartén junto con un buen chorro de aceite de oliva. Cuando la cebolla esté pochada, añadimos el tomate y sal al gusto y dejamos hacer a fuego medio, removiendo de vez en cuando hasta que estén bien blanditos y deshechos (una media hora aproximadamente).
Retiramos el tomate y pasamos por el pasapuré para deshacernos de las pieles y las pepitas.
Dependiendo de la cantidad de agua que tenga el tipo de tomate, la salsa puede quedar más o menos espesa. Cuando nos quede muy aguado podemos volver a poner la salsa en la sartén para reducir unos minutos más a fuego suave.
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