Pero un día, por circunstancias de la vida, se presenta ante ti una oportunidad. Piensas que no estás preparada, y sin embargo no sólo no es así, sino que de repente descubres un mundo nuevo que te gusta y te apasiona.
He aquí la magia de la TIERRA y su poder. Se instala en tu vida sin imposición, como una parte más de tu camino y te ofrece tanto que resulta imposible de agradecer.
La tierra no se valora. Se percibe como algo sucio, desagradable, primario y poco edificante. La sociedad en la que vivimos la desprecia, ninguneando su cometido, hasta el punto de ocultar a nuestros ojos urbanos todo su potencial, toda la fuerza de su magisterio.
Para los niños es fácil. El contacto con ella es un impulso irrefrenable que los empuja a querer tocarla, jugar con ella... comerla. Es un imán que los atrae a la vez que los educa y los protege. Les hace libres.
La tierra es una inestimable ayuda en nuestro sistema inmunológico, el cual se fortalece cuando entra en contacto con los microorganismos que en ella habitan. Darle la espalda, esconderla o alejarnos de ella, provoca en nosotros todo lo contrario, dejándonos expuestos a enfermedades y afecciones.
El aire libre, el campo, lo rural, la tierra. El contacto con la naturaleza es fuente de riqueza incalculable para nosotros. Sus resultados son tangibles...¡y comestibles!
Fuente de salud y bienestar, alimenta nuestro interior y exterior de la misma manera.
Disfrutemos, cuidemos y sigamos compartiendo nuestra TIERRA.
Algo tiene la tierra que engancha para siempre, pero no a todos.
ResponderEliminarEl que siempre ha vivido en el campo no puede vivir sin su terruño y el que lo prueba por primera vez y le engancha ... es para toda la vida.
Te felicito por estar entre las agradaciadas que "les ha enganchado el terruño".