La tierra

Abril 2013

Tengo que confesar que hace un año por estas fechas nunca había experimentado con mis propias manos el poder y la magia que encierra la tierra. Resultado de crecer en un entorno urbano  (en el cual el único contacto con la vida del campo eran las visitas a las granjas escuela) mi relación con el mundo rural fue muy breve y superficial.
Pero un día, por circunstancias de la vida, se presenta ante ti una oportunidad. Piensas que no estás preparada, y sin embargo no sólo no es así, sino que de repente descubres un mundo nuevo que te gusta y te apasiona.

He aquí la magia de la TIERRA y su poder. Se instala en tu vida sin imposición, como una parte más de tu camino y te ofrece tanto que resulta imposible de agradecer.


La tierra no se valora. Se percibe como algo sucio, desagradable, primario y poco edificante. La sociedad en la que vivimos la desprecia, ninguneando su cometido, hasta el punto de ocultar a nuestros ojos urbanos todo su potencial, toda la fuerza de su magisterio.

Para los niños es fácil. El contacto con ella es un impulso irrefrenable que los empuja a querer tocarla, jugar con ella... comerla. Es un imán que los atrae a la vez que los educa y los protege. Les hace libres.

La tierra es una inestimable ayuda en nuestro sistema inmunológico, el cual se fortalece cuando entra en contacto con los microorganismos que en ella habitan. Darle la espalda, esconderla o alejarnos de ella, provoca en nosotros todo lo contrario, dejándonos expuestos a enfermedades y afecciones.

Cultivar la tierra es una práctica que llevamos en los genes, aunque nos cueste reconocerlo. Es una fuente de trabajo saludable, tanto físico como mental. Podríamos hablar de la tan manida "desconexión" que esta produce y de su benéfica reducción del estrés, pero mejor resaltemos su don más importante: "la conexión". Conexión con uno mismo, como parte de un ciclo vital extraordinario, cuyo escenario es la propia cosecha. Este mágico proceso nos devuelve en forma de alimento el esfuerzo que hemos realizado y nos conecta de una manera definitiva con la realidad.

El aire libre, el campo, lo rural, la tierra. El contacto con la naturaleza es fuente de riqueza incalculable para nosotros. Sus resultados son tangibles...¡y comestibles!
Fuente de salud y bienestar, alimenta nuestro interior y exterior de la misma manera.


Disfrutemos, cuidemos y sigamos compartiendo nuestra TIERRA.


1 comentario:

  1. Algo tiene la tierra que engancha para siempre, pero no a todos.
    El que siempre ha vivido en el campo no puede vivir sin su terruño y el que lo prueba por primera vez y le engancha ... es para toda la vida.
    Te felicito por estar entre las agradaciadas que "les ha enganchado el terruño".

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